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Juanito nació en Corrientes con parálisis cerebral, una condición neurológica que afecta el movimiento, el equilibrio y la postura, dificultando funciones básicas como el habla, la alimentación y el aprendizaje. Esta alteración se debe a daños en el cerebro ocurridos antes, durante o después del nacimiento, generalmente en etapas muy tempranas del desarrollo. En busca de una alternativa que mejorara su calidad de vida, sus padres decidieron preservar el cordón umbilical de su hermana Amparo en un banco familiar, una elección que en su momento les brindó tranquilidad. Años más tarde, gracias a esa decisión, Juan accedió a un tratamiento con las células madre del cordón de su hermana. Los resultados fueron esperanzadores: hoy habla más, asiste a una escuela inclusiva y, según su mamá Mirna, “está más conectado con el mundo”.
Casos como el de Juan empiezan a ser cada vez más frecuentes a medida que la medicina regenerativa avanza. Las terapias con células madre, en especial las obtenidas de cordón umbilical, pasaron en las últimas décadas de ser una promesa futura a una opción real para miles de personas en todo el mundo. Aplicadas inicialmente en trasplantes para enfermedades de la sangre como leucemias o linfomas, hoy se investigan, y en algunos casos ya se aplican, en condiciones tan diversas como parálisis cerebral, autismo, lesiones deportivas, artrosis o enfermedades autoinmunes.