MaterCell - Banco de células madre

En varias ocasiones  hablamos respecto a que lactancia materna, no depende sólo de la madre, sino también de su pareja, familia, amigos...sin juzgar, acompañando, confiando, ayudando, entendiendo los tiempos y momentos de cada nueva familia. 

Hablamos que se necesita un entorno comprometido y respetuoso para que la lactancia sea posible. En el caso de la crianza con apego tampoco involucra solamente a la díada ( mamá/bebé). Los bebés humanos nacen con un grado de inmadurez importante.Por eso se habla de exterogestación ( tema de próximos talleres) El amor y los cuidados desde el instante de su nacimiento, contribuirán a que su cerebro se desarrolle óptimamente y se generen las nuevas conexiones neuronales que le permitirán avanzar, desarrollarse, y crecer. El mejor estímulo es el amor de una madre. El apego seguro favorecerá una nueva a adaptación al mundo saludable, no traumática.  

¿Cómo comenzar? 

Desde  el embarazo, e incluso desde que surge el deseo de ser madre, trabajar el autoconocimiento, nuestra historia emocional. Sentimientos o conflictos emocionales,  que quizás durante años permanecieron guardados, o callados... en el embarazo afloran. Nuestro cuerpo lo expresa a veces con angustia, con alegría, con melancolía, con síntomas, pero se exponen para que recordemos que están allí. Y cada espacio de nuestro cuerpo merece estar sano, o en camino a a dar con las respuestas que nuestros sentimientos reclaman, para que el nacimiento de nuestro hijo esté rodeado de un entorno saludable, amoroso y respetuoso.

Eso incluye el trabajo emocional de sanar vínculos, hablar, relacionarnos, darle luz a relaciones que sabemos serán importantes para nuestro hijo. Porque siempre debemos cuidar nuestra salud física y emocional pero, desde el momento en que somos madres, todo lo que nos pasa, todo lo que callamos, lo que no expresamos, o no sanamos, también involucra a nuestro hijo.

Apego puede parecer aferrarnos a algo, pero sin embargo es la manera que encontró la ciencia de cuantificar el amor. Y el respeto de todo el entorno a la crianza , centralizándonos en las necesidades del niño y la madre, es el primer paso.